martes, 14 de abril de 2015

Los cielos de Goya

imagen: Goya en el prado. La gallina ciega.

Un punto microscópico que brilla
un punto, otro y otro
es lo imperceptible, es  lo enorme.
Esta luz es un foco,
este foco es una estrella, un sol y este sol el universo;
 lo inaccesible
añadido a lo impenetrable
sumado a lo inexplicable,
 unido a las ciudades donde se esconde a la mirada
entre  los arboles de las avenidas y los edificios:
 “rascacielos inconmensurables” esto es el cielo.


  
   Pero además es el olvidado  en las postales que  solo magnifican los edificios.
   
   Sé que llevo en mi retina la imagen de una gran luna azul,suspensa entre los brazos de la torre más alta del Palacio Real.
   
   Desde las dos terrazas del Palacio  que sobresalían por encima del Jardín del Moro unos cuantos privilegiados podíamos contemplar una puesta de Sol  impresionante. Ahora está cerrado gracias a la habitual falta de respeto del ser humano hacia su entorno.

   Me viene a la memoria Madrid  el cielo de mi adolescencia y que caracterizo la serie “La Pradera de San Isidro" cielos  de tonos suaves, azules y rosados con cambios cromáticos hasta el encendido carmesí y el azul cobalto.


Agustina Duque

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